querida puerta
no cierres si no quieres
amo tu vaivén
amo tu vaivén
| no encontré ningún bosque |
| para esconderme |
| y perderte entre los animales |
| hubiera sido fácil si hubiera dejado de preguntar |
| todos lo saben |
| pero nadie lo dice |
| no hay lugar dentro ni fuera del mundo para nadie |
| la gente se limita a fumar o no |
| a caminar o no |
| después toda la basura |
| se llena de flores |
| y dan por sentado |
| que no volverás |
| solo porque no respiras |
| ni les dices hola |
| con tu mano quieta |
| un día en el hospital |
| mientras tú morías |
| y yo intentaba |
| cruzar la noche |
| tumbado sobre un sofá de plástico azul |
| me dijiste |
| ¿puedes traerme un peine? |
| ¿sabes? |
| en realidad |
| me aterran los peines |
| son peligrosos |
| hacen que la gente desaparezca de tu mente para siempre |
| te di el peine |
| y mientras peinabas tus
cabellos dijiste |
| ahora verás que ya nunca volveré a saber quién eres |
| y así fue |